No son tan largos los pasillos en un hospital, Tienen entre 300 y 350 bloques de piso dependiendo del pabellón al que se dirijan.
Tampoco la señora a lado mío tiene demasiadas canas, contabilicé apenas 58 en la parte del frente, parecían muchas más, claro que puedo equivocarme, aunque después de 11 recuentos creo que he llegado a un numero confiable. Ella se mueve constantemente pero puedo casi jurar que tiene 28 arrugas en la cara, 12 horizontales, 6 inclinadas (3 por cada ojo) y 10 alrededor de la boca.
Esperar alcanza para todo. Esperar es el consuelo otorgado, donde se recorren distancias imposibles en pasos ciegos de ir y venir, donde se consumen cigarrillos con malabares de la pinza temblorosa que forman los dedos índice y medio.
Esperar es una palabra que resulta demasiado corta cuando se quiere usar cómo escala de tiempo.
Aquí inmerso en la espera, se vive segundo por segundo, con imágenes congeladas cuadro a cuadro, nunca antes una expresión de los compañeros de sala pudo decir más con una activa voz de sus labios mudos.
Aquí se revive a diario la épica lucha donde el cuerpo inagotable enfrenta la batalla de no hacer absolutamente nada.
Así es pues, el cuerpo anestesiado por sus defensas biológicas transporta, sostiene ó acaso retiene un alma que quiere salir a abrazar a aquel que también ha sido inmovilizado en cuerpo con ayudado de los tipos vestidos de blanco para reparar el recinto de su propio ser.
Es la oportunidad de luchar a favor del que lo vive postrado en cama, rodeado de lamentos, reproches y alegrías, dependiendo de cada una de sus circunstancias, es el momento de abrazarse sin distancias ni defensas ante nuestro origen común, el amor de hermanos.
Como los árboles arrastran una y otra vez sus hojas por el suelo, barridas por la fuerza del viento, así mismo acá afuera los que esperamos, nosotros los que tragamos minutos, ordenamos recuerdos esperando que regresen como las hojas caídas a la copa del árbol, pero cada recuerdo y pensamiento es alejado por nuestro propio viento que nos protege de cualquiera que sea un mal pensamiento.
Como iluminado por sus ropas, resplandece la luz al final del camino, esta ya el medico anunciando el final de viaje, leemos su expresión, ha terminado lo interminable, la espera.
Hoy fue afortunado el informe, laparoscopia exitosa y recuperación favorable...
Pase lo que pase al despertar mañana no hay que temer a ningún informe...siempre y cuando tengamos una suficiente espera.
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