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Hola Buenas noches..Mi nombre es cario y soy Soltero…. mmmm ¿ó Solterón?, no, no; soy Soltero apenas tengo 33, bueno quizá pronto sea Solterón pero definitivamente aún ¡no!... ¿ó si?
¿Es solo cuestión financiera?, ¿éxito profesional?, ¿decisión?, ¿miedo? ó ¿ acaso una simple circunstancia?
¿Qué es lo que hace que una persona deje de ser soltero para convertirse en solterón?
Series de TV exitosas (generalmente de USA) estereotipan el estado de soltería como la “homeostasis social” que ofrece las mejores condiciones para magnificar las virtudes y potencialidades de sus protagonistas, pero cruelmente esto no le importa a mi abuela que me repite cada día: “oye ya deberías pensar en buscarte una buena muchacha para formalizar, entre más tiempo pasa solo te haces más mañoso y te vas a quedar solo hijo”
A la abuela no le importa lo carismático que puede ser Chandler dentro de su ironía y sarcasmo que muestra en Friends, a ella no le importa si esta serie tuvo 10 años de éxito, ella solo sabe que cuando uno esta en la “bajada” de la vida se necesita tener una historia y un legado en compañía (presente o ausente) de un cómplice de vida o casi debería decir de muerte.
El silbato ha sonado y yo estoy en el medio tiempo del juego, ya mis jugadores (mis recuerdos y experiencias) están descansando y asimilando lo que obtuvieron y lo que erraron en el campo, celebrando logros, aliviando dolores y curando lesiones. Ahora se esta planteando la nueva estrategia para salir a ganar. A los 30 (y unos cuantos más) ya creí haber conocido el amor de mi vida, ya regale flores, ya sufrí con la espera biológica de esos días interminables, ya desperté de valentías alcohólicas y compañías desconocidas, ya me creí poeta y ya pedí perdón.
Después de jugar el clásico, hacer un par de “tuneles” y hasta una “chilena”, fallar penales, hacer saques de banda, tiros de esquina, hablar de más antes del juego y meter fuerte el pie, ahora me encuentro en el vestidor, solo, pensativo ciertamente cansado pero con una gran ventaja: ¡aún tengo el uniforme puesto y una segunda parte por jugar!.
Hay todo un estadio observando y eso no me importa, pero tampoco puedo asegurar que no los vea, que nos lo sienta, siempre su apoyo será una gran presión pero en este caso nadie como el aficionado que te ha visto desde que tocaste el balón por primera vez, que te vio llorar cuando la rodilla sangraba, ese aficionado que sin estar en palco principal tiene la mejor perspectiva de tú juego: mi abuela, ¡Ah mi abuela!.
Esa noche le pregunte: Oiga abuelita entonces dígame como le hago porque nada más no entiendo, que si busco no es bueno, que si espero me desespero, ¿pues como le hizo?. ¿A poco el abuelo nada más llego y dijo vengase pa'ca y ya estuvo? . . .
Solo un manazo recibí de respuesta, pero aprendí que la táctica es privada y que solo se debe compartir la estrategia.
“No te voy enseñar a besar me dijo la abuela, eso ya debes saber ¿o no? ya estas grandecito. Ven te voy a enseñar a reír”
Mmmmta a reír me dije, bueno si eso es el amor pues venga. Entramos al cuarto donde huele a viejo, a libros viejos, fotos viejas, muebles viejos y su cama vieja, a ella misma que ya es vieja.
Me senté al pie de la cama y ella del lado ausente del abuelo. Yo esperaba que me sacara álbumes de fotos o me contará un chiste pero nada… no pasaba nada. De pronto solo abrió el cajón del buró y saco una cajita transparente de plástico duro y la puso frente a su cara con un gesto cómico de enorme descubrimiento, dentro de la cajita vi algo que jamás hubiese pensado que me diera tanta risa, a tal grado de perder el aliento para descansar y seguir riendo. Reímos como niños la abuela y yo hasta dejarnos caer en la cama, las lágrimas de risa no se hicieron esperar y poco a poco pasaron de alegría a una fría y enorme nostalgia que nos dejo en completo silencio, apenas interrumpido por nuestros profundos sollozos. De pronto ella se incorporo y yo la seguí, pensé que venía la moraleja del asunto o hasta pensé en consolarla, ¡pero no!, la abuela atrevidamente me repitió la dosis y puso nuevamente la cajita transparente frente a ella a la altura de la boca y volvió a sonreír, era tan gracioso ver la dentadura postiza del abuelo en el rostro de ella, es como si realmente estuviera sonriendo él, mi ausente abuelo, mi lejano abuelo, mi muerto abuelo.
Esta vez la sonrisa no fue tan profunda sino casi de descanso y tranquilidad, esta vez sonreímos sin lagrimas.
“Esto es lo que construí con tu abuelo, la mayor sonrisa, la más grande carcajada de felicidad que me hace revivir toda mi vida”- me dijo la abuela.
Sin nostalgia guardo la “sonrisa” del abuelo y salimos de la habitación hacia la cocina, seguí sus pasos lentos apenas reincorporándome del ataque de risa, ella prendió la estufa y puso a calentar la comida de ese día para darme de cenar. Mientras preparaba la cena y dándome la espalda solo me dijo dos cosas más: “¿sabes lo que es miedo? y ¿conoces lo que es felicidad?”, se me hicieron muy extrañas las preguntas de la abuela después de lo que me había enseñado en la habitación, trate de responder sus preguntas dando mis ejemplos más sentidos y creo que me acerque a los conceptos que ella esperaba, sin embargo, ella fue mucho más allá y concluyó diciéndome: “pues no fue miedo sino pánico el día que decidí vivir con tu abuelo y no fue felicidad sino éxtasis lo que sentí cada día al saber que él estaba a mi conmigo. ¡Hay que arriesgarse hijo! si es que quieres un día llorar riéndote de felicidad y no de tristeza”
Se dio la vuelta y me sirvió la sopa esa noche, la enseñanza termino cunado alcance a ver una lágrima más sobre su mejilla que empapaba de satisfacción su sonrisa al compartir la historia de su vida a lado de su compañero con quien compartió el riesgo de sonreírle a la vida.
El silbato ha sonado nuevamente, el tiempo de descanso es solo de 15minutos y apenas da tiempo de recuperar el aliento y reflexionar las indicaciones del entrenador, pero sobre todo apenas te da tiempo de comprender que cuando regreses nuevamente al vestidor ya habrá terminado el juego y tendrás que quitarte el uniforme. Cuando eso pasé ya vendrán los comentaristas con sus análisis y resúmenes del juego, pero sin importar el desempeño del equipo, simplemente se plasmará el frío resultado. Se dice que lo importante no es ganar sino competir, hasta ahora yo no conozco a nadie a quién le moleste el triunfo y termine odiando de felicidad, por ello creo que lo importante entonces es VIVIR, vivir con una enorme sonrisa (aún cuando sea postiza) como mi abuela.
Bueno pues buenas noches, Gracias por escucharme, mi nombre es cario y soy Solterón…. mmmm ¿ó Soltero?, no, no; soy Solterón porque ya tengo 33, bueno quizá vuelva a ser soltero un día pero definitivamente ¡aún no!... ¿ó si?
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