ocho
por cario
Capitulo I ¿Es Paris Mágico?
Y todavía es siempre…
Al final de la cena vino el mesero a nuestra mesa para hacer el cobro, había sido una cena deliciosa con pato, quesos y vino tradicional francés, todo aquello bajo la acertada recomendación de Hugo –nuestro mesero de ascendencia vasca-. Fue esa noche en el barrio de Grenelle donde aclaramos en gran medida la conexión entre nosotros, entre Jimena –mi colega del trabajo- y yo, pero aún habría mucho más por venir…
Mientras Hugo deslizaba la tarjeta de crédito en la terminal bancaria, le hice una pregunta con toda claridad, quizá su respuesta fue lo más importante de aquella velada.
cario: so Hugo tell me, from one to ten, what’s your favorite number?
Hugo elevó instantáneamente su mirada al frente, inclinando un poco su cabeza hacía su lado derecho y de inmediato volvió hacia mí para decirme con seguridad su respuesta…
La torre Eiffel, símbolo y estigma imborrable de París, es la obra creada por el hombre que más se ha fotografiado en el mundo, posee miles de perspectivas, ninguna mejor que otra simplemente diferentes, pero es un hecho que su belleza se enaltece sobre un lienzo de oscuridad mientras se navega el Sena con música suave fondeando el ambiente, es entonces el momento donde se desborda toda su presencia.
Jimena: ¿No es Paris una ciudad mágica? – me pregunto frente a una torre Eiffel iluminada y con la mirada absorta por todo.
No habían sido suficientes visitas aún para responder a esa pregunta, mi empleo me había llevado en muchas ocasiones a lugares muy lejanos e interesantes, sin embargo, fueron recurrentes los viajes a París, y aún así, no había podido dar una respuesta que realmente me dejase satisfecho, así pues comencé a construir mi respuesta:
La ciudad luz, -así llamada por muchos con el afán de asignar un icono poético a su experiencia en esta ciudad- desde luego que tiene una belleza digna de patrimonio de la humanidad y quizá por ello, representa el marco soñado para practicar el amor en tantas manifestaciones como sea posible concebirlo, pues la propuesta a lograr lo inalcanzable nos seduce por si misma. La ciudad se transforma entonces llevada por su sensible metamorfosis de ser simplemente la ciudad luz a llamarse la ciudad del amor, ¡vaya atrevimiento!, atrevimiento y actitud que se vive en el gesto de cada uno de los rostros parisinos.
París es la fuente de infinita inspiración donde extraordinarios artistas y personas de a pie, se han permitido la travesía del gozo, recreando la exquisitez del día a día en escenarios revueltos de andares cotidianos con escenas destellantes de sublimación humana, quizá exageré lo sé, pero aún así no llegué a expresarlo con la plenitud que buscaba y entonces seguí, París es permisividad, es donde la humanidad ha puesto una zona de tolerancia a nivel mundial para la expresión plena de todo lo que alimenta el alma: sueños, deseos, pasiones, talentos y virtudes, aquí en Paris, se encuentra el entorno que sincroniza nuestro motor interno y lo empuja a crear -en arte ó en hechos de vida- toda la basta gama de sensaciones para compartirlas con el resto de nosotros en un crisol extasíante de amor y gozo. Cada día es ofrecer la oportunidad de realizar la mejor actuación de nosotros mismos en esta puesta en escena de una grandiosa producción.
Jimena volteo a mirarme e insistió sobre la misma pregunta.
Jimena: pero dime, ¿París es mágico si o no? - ya que no recibía aún ninguna respuesta
Fue entonces cuando noté que no había abierto siquiera la boca para responderle, pues apenas estaba procesando mis argumentos y justificaciones para dar solo un "si" o un "no".
cario: No lo se – respondí simplemente, ¡vaya resultado de mi análisis!
Ahora a la distancia, de varios días y de miles de kilómetros, ya de regreso a casa en un vuelo de mas de 10 horas creo poder responder con certeza, o al menos firmeza, a aquella pregunta simple de Jimena.
Mi respuesta sería:
¡Si Jimena, definitivamente si, París es mágico!; no puede ser de otra forma, pues si el amor es el mago y el hombre su chistera, entonces París es tan mágico como el conejo.